El futuro es casi siempre una nebulosa para mi. No tengo muy claro a donde voy la mayoría de las veces. Sólo sé que quiero hacer lo que me gusta hacer. El problema es que no sé que me va a gustar en 10 años.
Quizás termino vendiendo empanadas de cazón en Parguito (o artesanías en Río, con mi marido), o quizás están leyendo a la futura Executive Brand Development Manager for Latin, center and north América & The Caribbean & French Guyana, de alguna gran corporación.
Lo curioso es que hoy se me ha pintado un cuadro claro en el futuro. De la manera más extraña que hubiera podido imaginar.
Creo que ya he dicho acá que no estoy segura de si me casaré, y tampoco sé si tendré hijos. Es una opción no considerada dentro de las muchas que existen en este momento de mi vida. Simplemente porque no estoy preparada para ser esposa de nadie (salvo del whittie que está aún menos preparado que yo y por eso funcionamos), y CIERTAMENTE porque estoy NEGADA a la idea de ser madre a corto o mediano plazo (pero una nunca se imagina)
Sin embargo, desde hace días me vienen pasando cosas -los guiños otra vez- que me han pintado el cuadro del que les hablo.
El domingo estaba en un 'reunion episode' con unas amigas de la uni, a un par de ellas tenía meses sin verlas, y en medio de la conversa surgió el tema matrimonio. Todas apuntamos a la cumpleañera diciendo que ella era la más propensa a casarse. 'Tú vas a ser la primera, yo que te lo digo', se me ocurrió decir, y salió la tía simpática que nos estaba oyendo y dió su veredicto:
- Noooooooooooo, miamor. Eso siempre pasa al revés, la que uno menos se imagina es la que se casa primero. La que nunca habló de eso, la que no tenía novio hasta hace dos meses, etc. Se acordarán de mi.
Y justo entonces las tres mujeres sentadas frente a mi, mis amigas desde hace algunos años, me miraron riendo y señalándome como la 'afortunada'. Está claro quién es la que tiene menos pinta de casarse pronto en este grupo.
Por otro lado, anoche soñé que mi dulcito abrillantado a.k.a la malajunta de mis noches estaba embarazada. Ella me daba la noticia y llorábamos juntas de felicidad y emoción -y porque se nos acababa la vida tal como la conocíamos-. Se lo conté esta mañana, y a raíz de eso empezamos a hablar de los nombres de nuestros futuros -en mi caso, improbables- hijos.
Contra todo pronóstico, yo ya tengo nombre para mis hijas, aunque no sepa si las tendré. Todas tenemos nuestros 5 minutos de Susanita. Se llamarán Julieta y Abril. Capaz no haya Abril, pero si hay al menos una hija se llamará Julieta. En honor a mi abuela, que era la mujer más adelantada de su tiempo, y porque es un hermoso nombre.
El sabor de los andes también tiene claro que si tiene un varón se llamará Salvador. Para la niña quiere robarme MI nombre escogido, pero no se lo permitiré, así deba matar a todo el registro civil para impedirlo.
Más tarde, de la nada, vino mi Cashito Portugués a decirme si le parecía que Sofía era un buen nombre para su hija. Inexistente también. Y fue entonces cuando me di cuenta que la vida estaba jugando monopolio con mi mente, y me obligaba a pensar en el futuro.
Fue así como me descubrí imaginando a los niños correr en un parque, mientras nosotras -madres modernas, aún hermosas, y de avanzada- discutíamos sobre la mejor elección para las próximas vacaciones familiares (de las tres familias*), y la necesidad de entregarnos la guarda y custodia de los chamos unas a otras, en caso de muerte.
Es una locura, lo sé. Pero así funciona mi cabecita loca.
Aquí les dejo una imagen de los nenes -noconcebidos- para que entiendan un poco.
Salvador es blanco porque salió a la familia materna (aclaro para que no se arreche el negro y piense que es hijo del lechero)
??? puede ser el hijo (a) de la Rubia, que aún no tiene nombre, y que seguramente nacerá y crecerá en España así que mejor no me lo imagino para no extrañarlo antes de tiempo.
Yo tomé la foto, y detrás de mi está Casho revisando que haya cachitos de jamón y cuarticos de jugo en cada lonchera, y el dulce abrillantado disculpándose con la maestra, explicándole que ese porro que estaba en el bolso de Salvador ayer no era de él, sino que debió haberse coleado ahí por accidente (ella lo escondió ahí para que su negro no lo viera y se le olvidó sacarlo).
Me parece un hermoso cuadro ese. ¿A ustedes no?
*las tres familias viajan juntas porque nos ganamos un concurso para la promoción de la integración racial y cultural de la UNESCO, con una fotografía que nos tomamos todos juntos. =D